domingo, 3 de julio de 2016

Bloque 4: Animación lectora

ACTIVIDAD 4
Voy a seleccionar el primer libro de la serie Pupi, de el Barco de vapor serie blanca.
Ëstos libros son adecuados para el primer ciclo de Educación Primaria






1              Ficha bibliográfica:

               Título: “Pupi y la aventura de los cowboys”
               Autor: María Menéndez-Ponte
               Ilustraciones: Javier Andrada
               Editorial: SM
               Fecha 1ª edición: Mayo de 2008

Edad adecuada para la lectura del libro: este libro está destinado para los primeros lectores, con lo cual será una lectura que mandaré para niños de 7 años, será una lectura que se leerá en el segundo curso de educación primaria.

Me he decidido por este libro porque pertenece a una colección, y como mi intención al iniciar a los niños en la lectura es que les gusten, el  hecho de que los niños sepan que pueden saber más sobre el personaje principal del libro en otros, les puede servir de motivación.
Tuve la gan suerte de que cuando era pequeña me gustaba leer, y me encantaban las series de libros, de la misma manera que me pueden gustar ahora. Y de alguna forma se activa el mismo mecansimo que nos “engancha” a las series de television, unos personajes que nos gustan, que disfrutamos con sus aventuras y por tanto queremos saber más sobre ellos.

Aparte de esto, me gusta mucho la idea de poder transmitir valores y educación a los niños, porque aparte de profesores, somos educadores. Este libro habla de un niño mimado, las conseuencias que eso tiene, y al final del libro nos damos cuenta de cómo aprende y se da cuenta de su comportamiento, mostrando así a los niños un personaje con el que se pueden identificar y a la vez aprender sus errores a través de la lectura del libro. Nos enseñan que el egoísmo y la avaricia no llevan a ninguna parte.

Me parece que los niños podrán sentirse identificados co

RESUMEN DEL LIBRO

Para entender el libro, primero debemos saber quien es Pupi.
Pues bien, Pupi es un extraterrestre que en uno de sus viajes, su nave se estrelló en el patio un colegio.  Un niña (Blanca) le preguntó si se había hecho pupa, el no supo pronunciarlo bien, dijo “Pupi” y se quedó con ese nombre. A Pupi le gustaron tanto los niños que decidió quedarse con ellos.
Y así comienzan todas sus aventuras.
En este libro la historia se centra en Coque, un niño del grupo que invita a todos sus amigos a jugar a su casa. Lo que ocurre es que es un niño muy mimado, muy egoísta y no deja que nadie juegue con sus juguetes, y para colmo detesta perder.
En un momento dado, Pupi, enfadado, y con sus poderes, consigue que todos aparezcan en el lejano oeste, donde Coque se encuentra un matón como él y se da cuenta de sus errores.

ACTIVIDAD PARA ANTES DE LA LECTURA

Lo primero que tenemos que intentar es que nuestros alumnos tengan interés por aquello que van a leer.
Se me ocurre aplicar la táctica del decirles que esos libros son muy divertidos, pero no apropiados para ellos, por ser demasiado pequeños. Los niños a menudo responden a estas cosas tratando a toda costa de hacer aquello que se les dice que no pueden por ser pequeños. Es una buena forma de conseguir que hagan lo que uno quiere pero haciéndoles creer que lo escojen ellos.
Les vamos a mostrar distintas ilustraciones del libro. Vamos a mostrarles a Pupi y a los otros niños del grupo.
Una vez que ya hemos atraído su interés, les preguntaremos si les gustaría conocer amigos nuevos, y si les gustaría conocer a un niño extraterrestre, que le encantan los niños humanos y sólo quiere jugar con ellos. Además les diremos que tiene poderes!!! En este momento podemos aprovechar para explicarles que se llama Pupi. Se les puede preguntar a los alumnos por qué creen que se llama así, de donde puede venir el nombre.
Les diremos que con los libros tienen la posibilidad de conocerles a todos ellos y de alguna manera formar parte de sus juegos.
A continuación trabajaremos con las ilustraciones, les preguntaremos como creen que se pueden llamar los niños, quien creen que es el extraterrestre. Les animaremos también a que piensen a que querrían jugar con ellos y con Pupi, que les gustaría preguntarles etc. Será como una lluvia de ideas.
Una vez que ya hemos llamado su atención, les hemos explicado un poco acerca de Pupi etc, es el momento de que empiecen a leer el libro.


ACTIVIDADES DURANTE LA LECTURA

Lo que pretendemos con estas actividades es desarrollar por una lado el gusto por la lectura, pero también, una correcta comprensión lectora, es decir, que los niños sepan que están leyendo y sean capaces de extraer las ideas más importantes y expresarlas con sus propias palabras.
La lectura la iremos dividiendo para poder así tener mayor control, a la vez que ellos no se cansen del libro, e ir viendo que entienden todo bien, considerando la edad de los alumnos con los que leeremos el libro.
11?)   Leeremos de las páginas 4-9 donde nos explican como es el personaje de Coque. Le preguntaremos que les parece ese niño, que han entendido de su personalidad.
-      ¿cómo habéis entendido que es Coque?
-      ¿os cae bien?
-      ¿qué cosas le compran para que no arme una pataleta?
-      ¿entendeis que es la pataleta?
Los niños nos irán dando sus ideas acerca de todas estas preguntas. Así analizaremos si están entendiendo lo que nos expresa el libro.
22)   Leeremos de las páginas 10-18, donde nos ponen ejemplos de lo que ocurre en casa de Coque cuando los otros niños intentan jugar con él.
-      ¿qué tipo de juegos quieren jugar?
-      ¿quiere Coque jugar con ellos?
-      ¿os gustaría a vosotros ir a su casa y jugar con él?
En este momento podemos introducir otro tipo de actividades que promuevan su imaginación, como preguntarles que juegan ellos cuando están con otros niños, si les gusta invitar a sus amigos a su casa. Les hacemos ver así, que lo que leen en el libro no está lejos de sus propias vivencias, y además les sacamos de la rutina de las preguntas sobre el libro

33)   Leeremos de la página 21-31, donde en el libro se desarrollan una serie de acontecimientos en torno a un juego concreto. Les haremos preguntas relacionadas con los acontecimientos.
-      ¿creéis que Coque hace trampas?
-      ¿por qué pensáis que las hace?
-      ¿qué es más importante, jugar y pasarlo bien todos o hacer trampas y ganar?
En este momento dejaremos a los niños que piensen en más juegos, incluso pueden dibujar sus juegos favoritos.
44)   En la siguiente fase nos centraremos en las páginas 32-44. En esta parte nos centraremos también en el vocabulario empleado ya que Pupi comete fallos al hablar y confunde palabras, no hay que olvidar que viene de otro planeta. Y así se lo explicaremos a los niños para que entiendan que eso no puede ser motivo de burla.
-      ¿ qué ocurre después del juego de operación?
-      ¿con qué palabras se confunde Pupi?
-      ¿qué intenta hacer Coque cuando sus amigos quieren jugar a otros juegos?
55)   Páginas 45-51. Es una parte corta donde ocurre algo que da la vuelta a la historia.
-      ¿qué habéis entendido que ha pasado?
-      ¿qué opináis que le ha pasado a Coque?
-      ¿qué haríais vosotros en el caso de nuestros protagonistas?
Podemos aprovechar aquí también para que los niños nos cuenten que creen que va  a pasar al final. Los niños nos irán dando ideas de que les gustaría que ocurriera.
66)   Terminamos de leer las páginas que nos restan del libro para acabarlo.
-      ¿qué ocurre al final?
-      ¿es lo que esperabais?
-      ¿qué ha aprendido Coque al final?

ACTIVIDADES PARA DESPUÉS DE LA LECTURA

Este es el momento para saber que opinan nuestros alumnos del libro y que desarrollen su imaginación y valoraremos si han entendido el mensaje final del libro.
Les preguntaremos si se han podido sentir identificados con los personajes, tanto con Coque u otros de sus compañeros. 
Le daría también mucha importancia a que entiendan el concepto y la idea final del libro, si hemos o ha conseguido la autora transmitir los valores que pretendía y las distintas maneras de comportamiento. Que los niños sepan reconocer los comportamientos inadecuados y saber por qué lo son, y los adecuados.
Propongo varias cosas que hacer con los alumnos al acabar el libro:
-      Nos pueden contar otro final distinto al que han leído.
-      Pueden hacer dibujos sobre la historia. Incluso que nos dibujen como les gustaría que fuese Pupi.
-      Propongo jugar también clase distintos juegos como hacen los personajes de la historia, pero todos compartiendo sus cosas, es decir tratando de evitar los errores de Coque
-      Podrían inventar disintas historias con Pupi también como protagonista.
Aparte de estas actividades, los alumnos tienen que comentarnos lo que más les ha gustado del libro, y lo que han aprendido.
Posteriormente les preguntaremos si les gustaría conocer otras aventuras de nuestros personajes, y les diremos que en otros libros nos cuentan muchas historias más!



 

sábado, 2 de julio de 2016

Bloque 3: Semana cultural sobre Miguel Hernández

Escojo A Miguel Hernández para hacer esta semana cultural ya que es uno de los poetas que a mí en particular más me gustaron desde que era una cría y creo que puede adaptarse a niños de todos los ciclos y hasta de secundaria, aunque de eso ya no nos ocupemos.
Nuestra semana cultural la vamos a dedicar a uno de los autores más influyentes de la literatura española del siglo XX.
Todos los ciclos de Primaria podrían hacer éste taller, cada uno adecuado a sus propias capacidades y  competencias que deben adquirir los alumnos en cada ciclo.
Esta semana en particular la voy a emplear para que los niños del primer ciclo de Primaria se acerquen al poeta que nos ocupa.
Miguel Hernandez nos deja un legado rico en versos que describen su propia realidad:
“Niño inquieto que escribe versos a sus sueños”
“Que vuela en su corcel dorado hasta la ciudad de los sueños”
A éste poeta lleno de sueños va dedicada ésta semana cultural.
Lo primero que debemos hacer para llevarla a cabo es saber que competencias deben adquirir los niños de primer ciclo de primaria según su curriculum de literatura:

“El objetivo del bloque Educación literaria es hacer de los escolares lectores cultos y competentes, no solo durante su vida escolar sino a lo largo de toda la vida. Para eso es necesaria la lectura, la comprensión y la interpretación de obras literarias apropiadas a su grado de madurez y a sus gustos personales.
El desarrollo del hábito lector debe comenzar a edades muy tempranas, cuando se inicia el primer aprendizaje de la lectura y la escritura, y en él deben estar comprometidos todos los maestros del centro”
 11.                 “Leer textos breves en voz alta, con la pronunciación, la fluidez y el ritmo adecuados respetando los signos de puntación.12.                 Leer en silencio un texto, descifrando por el contexto el sentido de las palabras desconocidas y dar cuenta oralmente de su contenido, respondiendo a las preguntas formuladas.
13.Participar en lecturas dialogadas: articulación correcta, fluidez, respeto de la puntuación y entonación apropiada.
14.Explicar dónde y cuándo ocurren los hechos en una narración utilizando conectores adecuados.
15.  Leer una noticia y extraer sus elementos básicos.
16.   Asociar la información que dan las ilustraciones con el contenido del texto
17.  Distinguir textos en prosa y textos en verso
18. Conocer y utilizar el vocabulario específico de la lectura: libro,cubierta, página, línea, autor, el texto, la frase, el comienzo, en fin, el personaje, la historia, etc.
19.   Leer obras integrales cortas de literatura infantil y contar lo leído ordenadamente”

Adecúandonos a estos puntos del curriculum del segundo curso de primaria, proponemos las siguientes actividades en la semana cultural dedicada a Miguel Hernandez


Lunes:
Llevaremos al aula distintas imágenes de Miguel Hernandez y versos suyos y se las daremos a los niños para que las peguen  en los pasillos y así despertar en los alumnos la curiosidad por saber de quien se trata. También les facilitaremos fragmentos de sus cuentos para que los vayan leyendo y fomentar de esta manera la lectura, las ganas de saber más y al mismo tiempo van distinguiendo entre los textos en prosa y en poesía.

Martes
El martes desvelaremos quien es el autor que nos ha acompañado por los pasillos desde el día anterior y les acercaremos a los alumnos a sus libros.
Nuestros alumnos deberán realizar un mural con  dibujos sobre la vida del poeta basándose en su poesía. Será como un recital de su poesía en dibujos.
Tomaremos como ejemplo su “ En cuclillas ordeño”

En cuclillas, ordeño
una cabrita y un sueño.
Glú, glú, glú,
hace la leche al caer
en el cubo. En el tisú

celeste va a amanecer.
Glú, glú, glú. Se infla la espuma,

que exhala

una finísima bruma.
(Me lame otra cabra, y bala.)

Les haremos preguntas también sobre la poesía:
-       En el primer verso, Miguel Hernandez nos dice que ordeña una cabrita y un sueño. ¿ A qué sueño se puede referir?
-       Explicaremos también el significado de algunas palabras que seguramente no conozcan como “tisú”
-       También les podemos pedir que nos cuenten ellos otros sueños que un cabrero puede tener.
De esta manera estaremos trabajando varios de los puntos que toca el curriculo del primer ciclo de literatura como puede ser: Leer textos en voz alta, distinguir entre poesía y prosa, poder contar lo leído.

Miércoles:
Leeremos con los alumnos el cuento “Potro oscuro” que le escribió el poeta a su hijo mientras estaba en la cárcel y dibujos de su compañero de la misma,  Eusebio Oca.

Potro oscuro
Una vez había un potro oscuro. Su nombre era Potro-Oscuro.
Siempre se llevaba a los niños y las niñas a la Gran Ciudad del Sueño.
Se les llevaba todas las noches. Todos los niños y las niñas querían montar sobre el Potro-Oscuro.
Una noche encontró a un niño. El niño dijo:
- Llévame, caballo pequeño, a la Gran-Ciudad-del-Sueño.
- ¡Monta! -dijo el Potro-Oscuro.
Montó el niño, y fueron galopando, galopando, galopando.
Pronto encontraron en el camino a una niña. La niña dijo:
- Llévame, caballo pequeño, a la Gran-Ciudad-del-Sueño.
- Monta a mi lado. -dijo el niño.
Montó la niña, y fueron galopando, galopando, galopando.
Pronto encontraron en el camino un perro blanco. El perro blanco dijo:
- ¡Guado, guado, guaguado! a la Gran-Ciudad-del-Sueño quiero ir montado.
- ¡Monta! -dijeron los niños.
Montó el perro blanco, y fueron galopando, galopando, galopando.
Pronto encontraron en el camino una gatita negra. La gatita negra dijo:
- ¡Miaumido, miaumido, miaumido! a la gran-Ciudad-del-Sueño quiero ir, que ya ha oscurecido.
- ¡Monta! -dijeron los niños y el perro blanco.
Montó la gatita negra, y fueron galopando, galopando, galopando.
Pronto encontraron en el camino una ardilla gris. La ardilla gris dijo:
- Llévenme ustedes, por favor, a la Gran-Ciudad-del-Sueño, donde no hay pena ni dolor.
- ¡Monta! -dijeron los niños, el perro blanco y la gatita negra.
Montó la ardilla gris, y fueron galopando, galopando, galopando.
Galopando y galopando, hicieron leguas y leguas de camino. Todos eran muy felices. Todos cantaban, y cantaban, y cantaban. El niño dijo:
- ¡Deprisa, deprisa!, Potro-Oscuro, ve más deprisa.
Pero el Potro-Oscuro no podía ir deprisa. El Potro-Oscuro iba despacio, despacio, despacio.
Había llegado a la Gran-Ciudad-del-Sueño. Los niños, el perro blanco, la gatita negra y la ardilla gris estaban dormidos.
Todos estaban dormidos al llegar el Potro-Oscuro a la Gran-Ciudad-del-Sueño.

Una vez leído el cuento se les mostrará el mismo pero realizado en video.


Con esta actividad trabajamos el punto del currículo que habla de explicar como y donde ocurre una narración utilizando los conectors adecuados, extraer los elemnetos básicos de una lectura y conocer su vocabulario específico

Jueves
Los niños confeccionarán unos marcapáginas  conmemorativos con la figura del autor y distintos versos suyos.
Esto les servirá también para ir memorizando algunos de sus versos, los que sean más sencillos para ellos.
Tambien se realizarán  fichas de actividades para completar, colorear y recortar basado todo en la obra del poeta.

Viernes:
Se realizará lecturas de poemas y cuentos del poeta.  Por parte de los niños donde también se podrán hacer partícipes los padres, ya que a los niños les encanta mostrarles lo que han aprendido y ver que ellos también se involucran en su aprendizaje.
Se hará tambien una exposición de los murales realizados por los alumnos el martes.

Y para finalizar se hará una exposición abierta a los padres de los alumnos con los libros del poeta sacados de la biblioteca y los murales de los niños.

Bloque 2: Adaptación de un cuento

introducción:


He adaptado el cuento a niños de 6to de primaria, ya que me centro en intentar eliminar ciertos estereotipos y roles que creo que ya no deberían continuar a día de hoy, y a esta edad es cuando los niños quizá son más conscientes de ellos. Los roles de género, la mal entendida idea de belleza física  y el materialismo son, entre otras muchas cosas, algunos de los problemas que encontramos en la sociedad a día de hoy, y mi idea era eliminarlos de mi cuento. Poderlo hacer de manera que conserve algunas cosas ciertos aspectos pero elimine otros que me parece que no son adecuados a día de hoy. Como no puedo dar mi opinión sobre otros roles, etc, me ha parecido que lo más adecuado fuese no incluirlos.



adaptación de “todo tipo de pieles”

Había una vez un planeta en el que todos eran ciegos. Los sonidos, el tacto y el olfato guiaban a los habitantes de Cegalia.
En Cegalia los seres tenían imanes mágicos, que se activaban solamente cuando su persona especial estaba junto a ellos.
Bra y Bru eran dos seres unidos por imanes. Cuando supieron que iban a tener un nuevo ser, se pusieron muy contentos. Así, a los pocos días, nació Bre. Y durante mucho tiempo, Bra, Bre y Bru vivieron felices en la oscuridad galáctica, en una zona del inmenso planeta habitada solo por ellos.
Los cegalios suelen ser grandes exploradores. Por ello, Bru decidió un buen día que debía dejar por un tiempo a Bra y a Bre. Pero como sabía que sentirían pena, partió sin decir nada. Para que su ausencia no fuera tan terrible, tejió una mantita con todo tipo de pieles de plantas y la impregnó con su olor para Bra, y dejó además una pequeña cajita con tres objetos para Bre.
En la mañana galáctica, que en realidad solo era mañana porque no era noche, Bre encontró la cajita junto a su cama. Al abrirla, comprendió que Bru se había marchado, pues palpó los objetos y supo que eran importantes. Lloró durante un rato.
En la cajita que Bru dejó a Bre había tres cristales redondos: uno con un agujero, otro con dos y otro con tres. Por eso eran tan importantes, tenían agujeros. Solo los objetos importantes tenían agujeros.
Cuando Bra despertó y notó que Bru se había despegado de su imán, sintió un gran vacio. Palpó a su alrededor y encontró la mantita, y la mantita tenía tres nudos. Era la señal que un día, en tiempos lejanos, habían acordado para avisarse si alguno decidía partir.
Bra se acurrucó junto a la mantita de Bru y no volvió a moverse.
Bre, con gran preocupación, intentó que Bra comiese y saliera de su letargo, pero Bra dormía y dormía. No lo logró.
Tras varias noches galácticas con sus lunas anilladas, Bre decidió que lo más inteligente sería ir en busca de Bru. Como Bra no se movía, tomó la mantita, ya que gracias a ella le sería más fácil localizar a Bru. Dejó a Bra con un extremo dentro de un cubo de agua espacial para que tuviera alimento y se marchó cuando olió el rastro de unos meteoritos que cruzaron por el cielo, señal de que el día se acercaba.
Bre era de pequeño tamaño y aún no sabía bien cómo palpar correctamente los caminos; sin embargo, tenía fuerza y muchas ganas de explorar, y en eso era como Bru.
Su estupendo olfato hizo que, a lo largo del camino, Bre encontrara con facilidad las fuentes de agua espacial, y también que detectara la presencia cercana de otros seres. A medida que los iba encontrando, les ofrecía la mantita de Bru y les preguntaba: “¿os suena este olor? Es de mi Bru”. Pero hasta el siguiente ciclo lunar no logró más que pequeñas pistas. A algunos seres les recordaba a alguien; otros sí le señalaron, juntando sus extremos a los de Bre y palpando en cierta dirección, el camino a seguir.
La voz era muy importante en Cegalia, y Bre entonaba muy bien las viejas canciones de sus antepasados. Cuando pasaba por alguna senda, quienes estaban cerca escuchaban y sonreían.
Un buen día, a varias jornadas de viaje desde donde estaba Bre, Bri salió a buscar pequeñas briznas de hierba para acompañar su almuerzo de agua espacial. Eran muy apreciadas, pues, al machacarlas, su jugo daba un sabor especial al agua que llenaba a los cegalios de alegría.
Mientras recogía sus hierbas, Bri escuchó un llanto apenado. Siguiendo el sonido, palpó el suelo de barro hasta llegar a donde el otro ser lloraba. “Saludos planetarios. ¿Estás bien?”, preguntó Bri. Pero el otro ser no dejaba de llorar. De hecho, un charco enorme comenzó a formarse a su alrededor, y eso era peligroso. Perder agua galáctica de aquella manera podía dejarte como un trapo seco en medio de la nada.
Finalmente Bri, que silbaba muy bien, comenzó una melodía y logró que el ser ya solamente sollozara. Un rato después, consiguió que le dijera su nombre y pudieron conversar.
Era Bru.
Bru quería regresar a casa, pero había perdido totalmente el norte de su planeta. Su imán había dejado de funcionar correctamente y necesitaba encontrar a Bra para recuperar el equilibrio.
Bri decidió ayudar a Bru. Tomaron el camino hacia su casa y allí descansaron hasta el día siguiente, pues era muy tarde.
Mientras tanto, a cierta distancia, Bre tenía la sensación de ir por una ruta peligrosa. Las últimas veces que preguntó, todos los seres le dieron la misma respuesta: recordaban el olor de la mantita, Bru estaba a escasas jornadas. Sin embargo, desde hacía algún tiempo no había vuelto a encontrarse con más seres, señal de que la zona no era segura. Y efectivamente, no lo era: estaba en una zona pantanosa. En un momento dado, se dio cuenta de que la tierra comenzaba a hundirse bajo sus pies. Con los nervios, comenzó a correr, algo que los cegalios saben bien que no debe hacerse, ya que se pierde el control del suelo. También por eso no pudo ver que su bolsa de tesoros, en la que guardaba la mantita y las bolas con agujeros, estaba abierta, y de ella cayó la bola con un agujero. Cuanto más corría, más se hundía, y un poco más allá perdió la segunda bola. La tercera se le escapó cuando el barro le llegaba a la cintura. Entonces sí se dio cuenta, pero ya era tarde. Intentó palpar a su alrededor buscando las bolas de cristal, y la suerte quiso que no encontrara la última, pero sí una rama a la que agarrarse, la cual impidió que siguiera hundiéndose. Y allí tuvo que quedarse, pues no podía salir. Tampoco podía llorar, pues, si formaba un charco a su alrededor, corría aún más peligro de seguir hundiéndose. Así, al escuchar los sonidos de una aurora boreal, supo que había llegado la noche galáctica. Se quedó inmóvil.
Con los primeros meteoritos, Bri y Bru partieron, siguiendo la ligera esencia que quedaba del propio rastro de Bru en el camino. No fue difícil, pero Bri, que conocía la zona de los pantanos, sabía que se acercaban a ella y podía ser peligroso. Por ello, se pegó bien a la orilla del camino, para asegurarse de dónde estaban los bordes, y pidió a Bru que le diera su extremo y no se despegara. Gracias a ello, cuando Bri dio un enorme resbalón, no cayó en el fango, pero sonó: “zziiiiiip!” justo antes de que recuperara el equilibrio. ¿Qué había sido eso? Bri palpó el suelo a su alrededor y, aparte de la humedad y del fango, tocó también un objeto redondeado. Pero no solo eso: ¡tenía un agujero! ¡Era un increíble tesoro!
A Bru le dio un vuelco el corazón (porque los seres de Cegalia también tienen su corazoncito) cuando escuchó a Bri decir lo que era. Le pidió que le dejara la bola y, al palparla, pensó que era imposible. Solo podía ser una casualidad. No dijo nada, se la devolvió a Bri y una lágrima rodó por su galáctica mejilla.
Continuaron caminando y esta vez, un poco más allá, fue Bru quien (esta vez sí) fue al suelo. Palpó su nariz y se topó con que, en uno de los agujeros, tenía incrustada una bola. Por suerte, su nariz era grande y no sufrió demasiado al sacarla, pero se asustó mucho al tocar sus dos agujeros: ahora sí que podía ser la segunda de las bolas del tesoro de Bre. Y ¿por qué estaban allí aquellas bolas? ¿Algo le habría sucedido a su Bre? No pudo más y le contó a Bri su historia mientras iban caminando, aunque era difícil mantener la atención cuando el fango era cada vez más pegajoso y profundo.
Un poco más allá, se toparon con un ser del fango especialista en cocina. Por su trabajo sabía palpar muy bien la zona, y además llevaba una lanza para cazar hierbas carnívoras. Era un ser experto.
“Hoy es mi día de suerte, he encontrado una bola con tres agujeros”, les dijo, tras un rato de conversación. Y tanto Bru como Bri supieron que esa bola tenía que ser la tercera que esperaban. Necesitaban la ayuda del ser especialista en cocina para encontrar a su Bre.
Palparon y palparon, pero no encontraban nada. Bri, para combatir los nervios, silbaba una cancioncilla mientras buscaba. Nadie hablaba.
Llegaron a una zona en la que el barro comenzaba a ser demasiado denso. El ser de la cocina iba en cabeza, insertando su lanza en el fango, para evitar pisar en lo blando y quedarse atrapados en él.
Con solo un extremo y la cabeza fuera del fango, Bre comenzó a cantar. La melodía era triste, algo de su infancia que ya casi no recordaba. Pensó en Bra y en Bru, y también en los momentos felices que vivieron en su parte del planeta, y en el sonido de los meteoritos de la mañana que ya no volvería a escuchar. Sus fuerzas estaban al límite y llevaba muchas horas sin probar una gota de agua espacial.
De repente, Bri se dio cuenta de que su silbido parecía tener un eco. Silbaba y escuchaba algo extraño. No, eco no era. No era su voz, esta era una distinta y muy dulce; y además, la melodía tenía letra.
Su corazón galáctico se aceleró y pidió a los otros seres que escucharan. La canción era la misma. Intentando avanzar deprisa, se dirigieron hacia el lugar del que partían los sonidos.
El ser de la cocina llegó primero, lanza en ristre. A punto estuvo de clavársela a Bre, pero frenó a tiempo.
“Oh, no. No hay salvación”, dijo el ser de la cocina. No podrá salir del fango.
No sabían que hacer. Era cierto: el fango había atrapado a Bre de tal forma que sería imposible que saliera. Le pidieron que agarrara con fuerza un lado de la lanza y, sujetándose al otro extremo, intentaron tirar y tirar. Pero fue inútil.
Cuando ya lo habían dado todo por perdido, Bru se acercó a Bre, tomó su extremo y lo apretó con fuerza, despidiéndose. Lloró: “lo siento, esto es culpa mía”.
Bri, viendo que la situación iba a ser muy dolorosa, intentó separar a Bru del extremo de Bre, pero no pudo desde su posición. Entonces, temiendo que Bru también cayera y se ahogara en el barro, pidió al ser de la cocina que se aferrara a una rama y luego le diera su extremo, de forma que quedaran sobre Bru y Bre y pudiera sacar a Bru por fin de un tirón. Pero lo que sucedió a continuación fue inesperado: al quedar a escasa distancia de Bre, sintió que una enorme fuerza salía de su interior y, en un instante, contempló cómo el cuerpo de Bre salía disparado del fango, con su bolsa incluida, y se abalanzaba sobre el suyo, quedando ambos pegados.
Había sido la fuerza de los imanes. Era su ser especial. Bru, que también había caído de espaldas, miraba con asombro. No sabía si reír o llorar.
Y así fue como volvieron a casa. Bre y Bri nunca más se despegaron. Bra y Bru tampoco. El cocinero se quedó con la mantita y las tres bolas, y cocinó hierbas salvajes para todos.



Lo que he conservado:

La pareja y su descendencia
Los objetos dejados como un tesoro
La búsqueda
“El cocinero”
El encuentro y la unión feliz

He prescindido de:
La muerte innecesaria de la madre
El incesto
Los múltiples estereotipos: monarcas y clases sociales, roles de hombre/mujer, belleza/valentía, poder/servidumbre…


He intentado crear una historia en un lugar sin referencias, sin clases y sin géneros, en el que lo estético, tal y como lo entendemos, no importa (es inevitable dar cierta importancia a un tesoro, si quieres incluirlo, pero en este caso su valor poco tiene que ver con lo que conocemos).
Los personajes no tienen sexo, son magnéticos y ciegos. Su existencia se reduce a las sensaciones, se mueven por los sentidos.



Bloque 1. La bruja dragón

La bruja dragón

Este libro de la editorial Bruño, incluido dentro de la colección Alta-mar y clasificado como “cuento”, es una obra breve de 51 páginas de relato y un taller añadido al final que sirve al lector para reflexionar sobre lo leído y, al mismo tiempo, pasar un rato entretenido.
No se trata de un paraliteratura porque esta tiene una clara intención moralizante

Ficha bibliográfica

Título: La bruja dragón
Autora: Blanca Álvarez
Ilustración: Subi
Editorial: Bruño
Fecha primera edición: 2015
Edad en la que me baso para realizar este análisis: la clasificación de la editorial es “a partir de 6 años”, edad que concuerda con la del protagonista principal; sin embargo, por el tratamiento que se hace de los personajes y la forma en que se habla de ellos, es posible que también se sientan más identificados con la historia los lectores de una edad algo superior, entre siete y ocho años, puesto que se infantiliza ligeramente al protagonista. Por ello, la edad óptima podría entrar dentro de esa franja, teniendo en cuenta siempre el momento madurativo de/l los receptor/es. Tomaremos los siete años como referencia, por la forma de dirigirse al lector (algo mayor de seis, pero no mucho más). Los 6-7 son años en los que el lector se enfrenta a pequeños problemas/obsesiones/preocupaciones, así que este libro parece ideal para conectar con ellos.

formato
El libro tiene un formato ligero y pequeño (aunque no excesivamente), con cubiertas blandas plastificadas; es suave y agradable al tacto. El papel es mate y huele bien. Hay profusión de viñetas muy coloridas dibujadas a mano, el equilibrio entre texto e imágenes es muy bueno y el dibujo va acompañando al texto. La fuente parece una Arial muy legible y de gran tamaño, buena para la franja etaria a la que está dirigido el cuento. El diseño en general es bueno, aunque las imágenes algo más reducidas e incluidas dentro de los márgenes quizá habrían dado una impresión visual más relajante, teniendo en cuenta sobre todo que estamos lidiando con una terrible bruja dragón que puede despertar sensaciones inquietantes.
Siguiendo esta línea, podemos apreciar que la portada es de un precioso azul intenso y en las cubiertas las ilustraciones son sencillas y bien proporcionadas (la trasera, un poco deslucida por la caja de texto, que podría haber tenido un formato más alargado). El único “pero” a la hora de resultar atractivo sería la mueca preocupada del niño protagonista, quien más que temeroso parece triste, pero el guiño de la bruja que lo escolta compensa la presentación y le confiere un aire más amistoso a la portada, invita a explorar el interior.

contenido
Temas
El tema principal es la existencia de los miedos y la necesidad de enfrentarse a ellos. El miedo como algo tangible se representa simbólicamente con la figura de una bruja, para despertar con más facilidad una imagen mental de lo que se busca transmitir.
Un tema secundario sería también la toma de conciencia de que la ayuda de otros puede ser muy beneficiosa. Esto enlazaría con el de la colaboración y el apoyo dentro de la familia y la visión de la estructura familiar como elemento de equilibrio.
También hay otro subtema importante, que sería la resolución exitosa de problemas a través del diálogo y la negociación.

Estructura
El cuento comienza en forma de descripción por parte de un narrador omnisciente, pero la estructura general es moderna: en lugar de detallar cada escena, los propios personajes irán perfilando, mediante diálogos, lo que sucede en cada momento, con pequeñas pinceladas aclaratorias del narrador. Esto aporta agilidad a la lectura y logra un efecto dinámico y ameno.
Los párrafos no están justificados, y esto, unido a que la autora en general decide dónde termina cada línea, confiere al texto una apariencia “seudoversificada” que resulta juguetona y agradable a la vista.
La historia se desarrolla de forma lineal, con introducción, nudo, desenlace y final feliz, muy adecuada para lectores de siete años, aún no familiarizados con grandes saltos en la narración ni estructuras más complejas. La secuencia narrativa es clara, unidireccional.
Primero se describe la situación de indefensión en la que se encuentra el protagonista principal, Andrés, frente a una bruja, elemento de realismo mágico que cobra vida al ser asumido por el niño y su hermana, aunque desde la perspectiva adulta se sepa que los padres quedan excluidos de la ecuación en cuanto a creencias fabulosas.
Tras conocerse la situación en el núcleo familiar, Mariam, la hermana de Andrés, decide tomar cartas en el asunto y pasa a la acción, haciéndose cargo de resolverlo. Se enfrenta a la bruja y, a través del diálogo, logra convencerla para que desaparezca de los sueños de su hermano. Los padres en todo momento supervisan lo que sucede desde la distancia, preparados para intervenir si fuera necesario; esto hace que su figura dentro de la historia sea una constante secundaria.
La vuelta a la tranquilidad de la vida familiar nos lleva a un apacible final feliz. El desenlace es rápido y justo, agradable para estas edades.

Protagonistas y otros personajes
El personaje principal es Andrés, un niño de seis años, puesto que en su interior se origina la trama y es el más afectado por lo que sucede. Es fácil identificarse con su situación, ya que todo lector ha sentido miedo a su edad y, en especial, por la noche. Pero junto a él está la figura que realmente lleva la carga de la acción: su hermana Mariam. Sin ella, Andrés probablemente habría tardado mucho tiempo en superar su bloqueo. Así pues, aunque el niño es el protagonista indiscutible, su hermana es la heroína de la historia y, tras el primer momento en que se empatiza con Andrés, lo más probable es que quien lea la historia se sienta más cercano a la niña valiente que al niño “cobarde”, puesto que ella es quien se enfrenta a la bruja y le muestra cómo debe hacerse.
Aunque sin bruja no habría cuento, esta es ligeramente arquetípica y no tan terrible como parece en un primer momento, ya que su situación y su comportamiento tampoco son los esperables en una bruja clásica. No busca hacer el mal, sino alimentarse de las palabras, y en realidad no supone una amenaza real para los niños.
Los padres serían, por último, personajes secundarios supervisores. No son importantes para la acción, pero podrían haberlo sido en caso de tener que intervenir. El lector infantil casi no los percibe, pero el adulto ve claramente que son como el águila que desde el cielo controla lo que hay en el suelo. Son protectores, pero dejan hacer.

Es interesante observar en este tipo de cuento las diversas lecturas que de él pueden hacerse. Hay una literal e infantil, la que lleva a seguir la historia sin más y a quedarse con las sensaciones importantes, y otra desde el punto de vista adulto, que muestra unos personajes que no están ahí por casualidad. La estructura familiar preparada por la autora es como una pequeña probeta en la que se produce un experimento casi controlado: los padres son observadores silenciosos que dejan actuar a una hija que es mucho más cercana a Andrés en edad y en sensaciones que ellos, y permiten sabiamente que ella dirija al niño hacia una adecuada resolución del problema. El posicionamiento de los padres dentro de la historia no es gratuito: se muestra la familia como estructura social ideal, segura y estable.

Valores y contravalores
Según lo comentado anteriormente, el principal valor sería precisamente ese: el valor. Para darle forma, sin llegar a hacer sentir al lector que Andrés es un cobarde, se hace contrastar su actitud con la de su hermana, de forma que puedan apreciarse los polos temor-valentía de una forma positiva (la valentía sería el valor, y su ausencia el contravalor). Es normal sentir miedo, es bueno identificarse con quien lo padece, pero hay que aprender a afrontarlo. Así que hablaríamos de valentía y de capacidad resolutiva como pilares de la historia. Aunque aún es pronto para hablar de verdadera empatía, el lector de siete años sí puede identificarse tanto con Andrés como con su hermana y comprender la situación como una lucha bien-mal en la que gana el bien, aunque para un lector de más edad la resolución del problema no se dé en términos tan absolutos, puesto que la bruja no “pierde”: hay negociación y ella logra beneficios, razón por la cual decide retirarse. En realidad gana el bien de todos, lo cual crea una sensación de bienestar al finalizar el cuento que hace de él una historia moderna, alejada de las batallas violentas de otros cuentos tradicionales en los que el personaje malvado terminaba “escabechado” (no obstante, no pasa desapercibido el momento en el que Mariam amenaza verbalmente con prender fuego y convertir en ceniza a la bruja, lo cual sí denota un alto grado de agresividad no muy positiva, a pesar de que no se lleve a término, y que deja una cierta reminiscencia de cuento tradicional).
Otro valor clave es el compañerismo, traducido como fraternidad en este cuento. Los hermanos se ayudan y apoyan. El contravalor asoma al principio de la historia a través de los pensamientos de Mariam, en esos momentos en los que habla de su hermano como “príncipe” en términos negativos. Veladamente, aquí también se ofrece la figura de Mariam como un ejemplo a seguir: en ella nace la empatía. Es un personaje que crece, que se demuestra “mayor” por su capacidad de ponerse en el lugar de su hermano, algo que en la mente del lector podría traducirse como un “cuando eres mayor, entiendes el comportamiento de los pequeños porque has pasado por ahí y puedes ayudarlos”. Es una bonita manera de transmitir la necesidad de ponerse en el lugar del otro, frente a la burla fácil (contravalor) e incluso el bullying.
El trabajo en equipo también es básico: para que funcione hay que colaborar. Sin Mariam, Andrés no habría podido resolver el problema, pero Andrés era necesario para llegar a la bruja. Solo no, con amigos sí. Colectividad frente a la soledad en la resolución de conflictos.
Los padres, desde la perspectiva adulta, también son parte de ese equipo desde la supervisión. Esto no es perceptible desde el ángulo de un lector de siete años, pero sí queda de forma subliminal cierta impresión en su retina. Aquí tendríamos el respaldo adulto frente a la soledad infantil, nada deseable. Muestra de forma sutil que es bueno sentirse apoyado por los mayores, sin que los personajes de la historia lo noten siquiera.
La generosidad de Mariam, que podría haber sido egoísta y desentenderse del problema de su hermano, es otro valor añadido: no es necesario ayudar, pero te hace sentir bien. Esto es muy palpable en las viñetas. Y, de algún modo, la bruja que no es tan bruja se muestra parcialmente generosa, aunque se aprecia la diferencia: Mariam es generosa sin esperar nada a cambio, la bruja cede porque obtiene un beneficio (y un posible perjuicio, en caso de haber seguido robando palabras a Andrés). En ella hay que apreciar que se dé a razones aunque sin hacerlo también obtuviera lo que quería, puesto que, a pesar de la valentía de Mariam, una bruja es una bruja y nunca se sabe los poderes que puede llegar a utilizar. Este paralelismo en el plano de la “generosidad” da también una pincelada acerca de los tipos de comportamiento que pueden verse en una situación: la ayuda a cambio de nada, la ayuda interesada y, en el otro extremo (aunque ausente), la no-colaboración.

Lenguaje
Se utiliza una estructura oracional sin excesiva adjetivación y con abundancia de verbos, lo cual lleva a que las acciones se sucedan a buena velocidad y el texto sea ameno, fácil de leer de una sentada. El vocabulario es simple y familiar, sin términos extraños, pero cuidado y cariñoso. La narración es sencilla, pero mezcla una buena dosis de fabulación. A nivel gramatical, no presenta ninguna complejidad.
La ya comentada estructura con apariencia versificada hace que las frases se lean del tirón, aunque en algún caso podrían producirse tropezones por los saltos de vista que hay que realizar. Esto se salva en parte por la abundancia de diálogos, ya que aportan más aire al interlineado y separan las ideas.
El lenguaje es divertido, muy coloquial en ocasiones (Mariam llama a su hermano “enano”, Andrés en cierta ocasión dice “¿de verdá?”) y se utiliza alguna onomatopeya muy sonora para animar la acción (“fuaggggaummm”).
El uso de la comparación es constante (“grande como una casa”, “ojos como cuencos de miel”), lo que da idea de que el texto está dirigido a lectores aún no preparados para figuras retóricas más complejas, como la metáfora. La autora utiliza la hipérbole para exagerar y hacer más dramáticos los momentos de acción, pero siempre en un tono humorístico en el que los personajes se meten unos con otros cariñosamente.
Son muy abundantes las frases exclamativas e interrogativas, como corresponde a los diálogos entre niños. Esto aporta realismo a la historia, puesto que es difícil imaginarlos en un registro más serio y eso tampoco cuadraría con una relación personal entre hermanos.

conclusión
Este cuento parece muy adecuado para hacer un acercamiento relajado a ciertas preocupaciones que suelen ser habituales en el alumnado de 6-7 años, como los miedos nocturnos fruto de la fantasía, que, a pesar de ser muy comunes, pueden ser un tema parcialmente tabú entre ellos, por temor a ser ridiculizados. Observar que a su edad no es raro sentir miedo o tener pesadillas puede hacer que se sientan más inclinados a compartir sus vivencias e incluso que puedan encontrar, gracias al trabajo en grupo, herramientas para afrontarlas.
La parte ligeramente negativa a la hora de utilizar este material estaría en que la actitud inicial de Mariam hacia su hermano es ligeramente despectiva y superior, a pesar de que a continuación quiera ayudarlo. En alumnos sensibilizados con este aspecto (a causa del comportamiento de sus hermanos mayores, por ejemplo), esta parte podría producir cierto rechazo a colaborar, puesto que pueden sentir que se les está tratando como a “pequeños”.
Salvando este aspecto, es un libro que da mucho juego para realizar actividades posteriores (empezando por las incluidas al final del relato). Los alumnos pueden expresar lo que sienten hacia los personajes, especialmente hacia la bruja, e incluso investigar sobre ellas. Pueden dar rienda suelta a su capacidad para fabular, a su creatividad (mediante dibujos, por ejemplo) o a sus inquietudes investigadoras, dependiendo del grupo.

Es una buena herramienta para reforzar los lazos grupales y familiares, mediante los conceptos de colaboración y de confianza en el otro. También puede ayudar a que los alumnos reflexionen acerca de la importancia de fijarse en que los otros también pueden tener problemas y podemos ayudarlos a resolverlos o, al menos, hacer que no se sientan solos. Está muy bien para que comprendan que mantener los miedos en el interior solo hace que crezcan, y sacarlos a la luz es liberador.